Más fuerte es Dios para librarte de todo
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- Viernes, 24 Febrero 2012 11:21
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Sermón 9. Obras Completas, BAC (2000) Vol III, pp. 129-139
Domingo 1º de Cuaresma
15. —Padre, más quisiera que no me hubiérades avisado de todo esto. Bien me estaba yo sin saber esa guerra y enemigos que me habéis dicho que tengo. Más valiera que no lo supiera. Él tan fuerte, yo tan flaco; yo descuidado y él tan diligente para me engañar, ¿cómo puedo yo traer guerra y durar contra tan cruel enemigo y tan cauteloso engañador?
16. Tus enemigos, hermano, y sus astucias y maneras ya las hemos dicho; pero muy más fuerte es Dios para librarte de todo, y más bien te puede hacer que mal todos los demonios. Tan solamente quiere Dios que te fíes de Él, que te arrimes a Él, que confíes de Él y desconfíes de ti mismo, y de esta manera ayudarte ha, y con su ayuda vencerás a todo el infierno que venga contra ti. De esta firme esperanza no te dejes caer, porque se enojará de ello, ni porque los demonios sean muchos y muchas las tentaciones y bravas y de muchas maneras. Está siempre arrimado a Él, porque si este arrimo y fuerza no tienes con el Señor, luego te cairás y temerás cualquier cosa. De puro flojos y temerosos no servimos al Señor. Si tuviésemos un corazón varonil, amigo de padecer trabajos por la honra de Dios, no nos espantarían las tentaciones.
17.[…]Tened paciencia en los trabajos y tentaciones, pues es cierto que el Señor los permite por vuestro bien. ¿Cómo coronará Dios vuestros trabajos sin paciencia? ¿Cómo te coronará Dios si en todo se hace tu voluntad, la cual está inclinada a no padecer? Espera y llégate debajo de la sombra de las alas de Dios, y en todo serás ayudado y de todos los males y peligros librado. Verdaderamente te ama y procura tu bien. Padre tuyo es y buen padre; a todos ayuda, y hace bien a los que en Él esperan.
18. —Padre, si el Señor me tiene amor, ¿por qué permite sea afligido y maltratado del demonio? —Dice San Pablo: Ne magnitudo revelationum exaltet, porque no me ensoberbezca (cf. 2 Cor 12,7) […] Por eso digo que el afligirte Dios y permitir que seas gravemente tentado, consiéntelo Su Majestad por dos cosas que de ello se siguen: por la gloria que le das a Él en esperar en Él y darle la honra de la victoria, y también por provecho tuyo, pues conoces tu flaqueza y te conservas en humildad.
20. No está Dios lejos de los tentados y afligidos y de aquellos que varonilmente pelean por no ser derribados por la honra de Jesucristo, su Capitán. […]
21. Cuando en alguna necesidad te vieres, llama al Señor, dale voces, que oírte ha, que Él mismo dijo: Clamabit ad me et ego exaudiam eum, etc. (Sal 90,15). Aquél llama que a sólo el Señor pide socorro y no a otra ninguna pura criatura, y de él solo espera y no de otra ninguna cosa. Las piedras preciosas con que se ha de fabricar nuestra corona son las tentaciones y los trabajos; que San Gregorio dice: Quoties resistis, toties coronaberis. Accipite armaturam fidei, dice San Pablo; tomad las armas de la fe (cf. Ef 6,11), porque el que se arma con la fe viva, que aquí dice San Pablo, está fuerte para resistir, porque lo que en su corazón tiene de las cosas espirituales y eternas le hace menospreciar todo lo de acá y tener en poco cualquier trabajo que por alcanzar aquéllas le viene.