Pensamiento del día
Después que uno se desconsoló porque tú te consolases, después que uno se entristeció porque tú te alegrases, después que uno sufrió cansancio porque tú descansases, después que uno murió porque tú vivieses, no tienes que temer, si sabes llorar tus pecados y hacer digna penitencia. ¡Bendito sea Jesucristo, y los ángeles lo bendigan! Sermón, 26